Entregar: Incluso las llamas

El 24 y 25 de febrero visitamos a la familia de Tomás Llauripari Ruiz en Jallp'a Cueva, una pequeña comunidad a 3 horas de la ciudad de Cochabamba.

Cuando llegamos allá pasadas las 6 de la tarde, hacía tanto frío que volvimos al Jeep para abrigarnos mejor.

Comenzamos a armar una carpa azul para poder reunirnos allí. Con palos y el Jeep pudimos formar un refugio donde preparamos el equipo audiovisual para transmitir la película de la vida de Jesús en Quechua y esperar que más personas vengan a la pequeña reunión.

 
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Después de esto se predicó acerca de los acontecimientos previos a la segunda venida del Señor. Dónde todas las personas demostraron mucho interés.

Al día siguiente muy temprano la familia trajo al lado de la casa a más de 200 llamas y alpacas, Tomás pidió oración por su ganado porque quería agradecer y entregar al Señor a todos sus animales que con tanto amor y dedicación cuidaban.

Después de la lectura de la palabra de Dios. Tomás decidió sacrificar una llama para el almuerzo especial de ese día y compartir con todos nosotros y su familia alrededor y festejar pues él su esposa Panfelina de 56 años y su hijo Nestor de 14 habían tomado la decisión de entregarse al Señor Jesucristo y entregar todas sus posesiones.

A muchos de nosotros nos cuesta entregar unos minutos de nuestro tiempo a nuestro Dios y está familia en medio de la nada en un lugar tan precario sin ningún servicio básico ha decidido creer en un Dios absoluto que lo quiere todo pues Él lo dió todo por nosotros.

¿Que clase de Dios es ese que nos pide todo? El mismo que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿Cómo no nos dará también con Él todas las cosas? —Romanos 8:32

 
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Verónica